Ignasi Centelles, miembro de Horitzó Europa que trabaja a la Dirección General para la Ampliación de la Comisión Europea, ha publicado un artículo la Revista Àmbits, del Colegio de Politólogos y Sociólogos de Cataluña (número 39). Como catalán residente en Bruselas y viviendo muy de cerca la actual crisis constitucional de Bélgica, Centelles ha elaborado un análisis comparativo de las realidades de Flandes y Cataluña. Dos realidades paralelas, que a menudo se miran al espejo mutuamente, pero que también se desarrollan en contextos políticos e históricos muy diferentes.
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Ahora hace un mes, los ciudadanos de Irlanda rechazaron el Tratado de Lisboa, que pretende alcanzar un avance primordial para la Unión Europea, la democratización y dinamización de su funcionamiento. Se han abocado ríos de tinta interpretando este fracaso, sin avistar una causa nada particular de los irlandeses: el desconocimiento. ¿Entonces, a quién hay que señalar con el dedo?
Cena europea con Pascal Brice, cónsul general de Francia en Barcelona
En el marco de una cena-coloquio muy concurrida, el cónsul general de la República Francesa, Pascal Brice, ha presentado la Presidencia francesa del Consejo de la UE y ha destacado el europeísmo y el compromiso del presidente de la República, Nicolás Sarkozy, con el fin de trabajar para reducir dos miedos compartidos a Europa: las cuestiones de identidad y el espacio social europeo.
Ésta ha sido alguna de las declaraciones que Lluís M. De Puig, presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, ha hecho en el transcurso de un interesante cena-debate sobre Europa, sus límites, su naturaleza diversa y su compromiso con los derechos humanos y la justicia social. El senador gerundense ha añadido que cree que este año la Unión Europea aprobará finalmente la Convención Europea de los Derechos Humanos, el texto de referencia del Tribunal de Estrasburgo para juzgar supuestos casos de violación de los derechos humanos en Europa.
« L’Europe ne se fera pas d’un coup, ni dans une construction d’ensemble : elle se fera par des réalisations concrètes créant d’abord une solidarité de fait ». Esta frase, pronunciada el 9 de mayo de 1950 por el entonces ministro de Exteriores francés, Robert Schuman, sitúa por primera vez la idea de federación europea como horizonte común para los pueblos de Europa.
Cuando el Parlamento de Prístina aprobó unánimemente la independencia de Kosovo, el 17 de febrero, la Cámara decidió acto seguido sus símbolos nacionales: bandera, escudo e himno. La antigua provincia serbia de mayoría albanesa se identifica con una bandera de inspiración muy europea, con fondo azul oscuro con el mapa del 50º Estado independiente europeo en color amarillo y seis luceros blancos alrededor. El escudo nacional repite las características de la bandera y el himno, a falta de uno propio, es provisionalmente el himno de Europa.
La Comisión Europea tendría que aceptar que los ciudadanos comunitarios que viven en un Estado Miembro que no es el suyo presentan una serie de problemas y de demandas no tan diferentes en las de los inmigrantes extracomunitarios y tendría que disponer de un interlocutor que los represente. Ésta es la opinión que Antoni Montserrat, presidente del Comité de Liaison des Associations d’Étrangers de Luxemburgo y vicepresidente del Casal Catalán de Luxemburgo, transmitió a los participantes de la última cena-tertulia europea.
En una animada tertulia, el periodista Lluís Foix defendió que “Europa es un éxito sin precedentes, ya que el horizonte de la guerra entre europeos está muy lejos”. “Esta Europa ha sido posible, en gran parte, porque Alemania pidió perdón después del 45 y porque prefirió una Europa europeizada, antes que germanizada”.
En esta última cena, previa presentación de Rafael Carrascosa, Fernando Casado, Coordinador General para España del programa «Objetivos del Milenio» (MDG), nos habló de los dos principales retos de futuro para la organización de las Naciones Unidas: los Objetivos del Milenio y su propio proceso de reforma interna. El ponente expone los antecedentes y el estado de las dos cuestiones todo debatiéndose entre el optimismo y el pesimismo, pero sin querer abandonar en ningún momento el realismo.
Josep Maria Ribot, representante del Europarlamento en Barcelona, nos habla del Parlamento Europeo, de su funcionamiento y de sus vicisitudes. En un tono distendido tenemos la oportunidad de comentar aspectos como, entre otros, las consecuencias para el Europarlamento de la aprobación de la nueva Constitución Europea o la problemática cuestión de la viabilidad del doble suyo del Parlamento.
