El horizonte es Europa
En un artículo reciente, el profesor de derecho de la UPF Héctor López Bofill apostaba para que el anti europeísmo deje de ser tabú y especulaba con una hipotética Cataluña independiente fuera de la UE.
HOY, SER ANTIEUROPEÍSTA NO ES NINGÚN TABÚ ni en Europa, ni en Cataluña. Más allá de los extremos de Haider, Le Pen o Bové, existen opciones políticas de signo diverso que rechazan el proceso de integración europea. Unos porque representa una amenaza para la soberanía y la identidad nacional. Otros porque consideran la UE como un simple invento neoliberal que tan sólo defiende los intereses de los más fuertes. A nivel europeo, pues, el euroescepticismo es tan viejo como conocido. Personajes como los hermanos Kaczynski, Václav Klaus, Laurent Fabius o Margaret Thatcher son o han sido ilustres defensores. Ser euroescéptico no es ningún tabú. De hecho, es a menudo la opción más fácil y la que recoge más votos en el mar de la desinformación, el miedo y el desconcierto. Lo que sí que es una novedad es que, desde el catalanismo, se hagan este tipo de planteamientos.
DESDE CARLES PI I SUNYER HASTA LOS presidentes Pujol y Maragall, pasando por Heribert Barrera, Antoni Gutiérrez Díaz o Xavier Rubert de Ventós, el catalanismo político y el soberanismo han ido históricamente ligados al europeísmo. Pero no un europeísmo acrítico, que ni siquiera merece el apelativo de europeísta. Cataluña ejerce un europeísmo comprometido con la paz, la prosperidad y la democracia, que es aquél que trabaja para fortalecer el proyecto de la integración europea, señalando y corrigiendo sus carencias. El europeísmo es el primero a reclamar un funcionamiento más democrático de las instituciones europeas. Pero nadie puede negar que la UE, en sí misma, es un potente factor de profundización democrática para los países de su ámbito de influencia.
POR OTRA PARTE, LÓPEZ BOFILL plantea una hipotética Cataluña independiente fuera de la UE renunciando a no hacer ningún análisis serio de las posibles consecuencias. Si Noruega se puede permitir el lujo de mantenerse formalmente al margen de la UE es porque dispone de grandes reservas petrolíferas. Si Suiza puede hacer lo mismo es porque es la sede de muchas entidades financieras de alcance mundial. Y a pesar de eso, los dos países adoptan, automáticamente, prácticamente toda la legislación de la UE, sin poder participar en su elaboración. ¿Cataluña, que no dispone de ninguna ventaja comparativa similar al de los dos casos mencionados y que históricamente ha basado su crecimiento en el comercio de bienes y servicios, se cerrará las puertas de su principal mercado? ¿Abandonará el euro y la estabilidad que aporta?
CON ESTOS PLANTEAMIENTOS, el autor está haciendo un mal favor al soberanismo. ¿Espera que los empresarios se apunten cerrando la puerta, no sólo al mercado español, del cual todavía dependen en exceso, sino también del mercado comunitario? Posicionamientos de este tipo alejan el soberanismo del centro político, lo hacen poco creíble y generan recelos. Parecería más inteligente el soberanismo escocés, que, a pesar de poder disponer de petróleo, no se plantea abandonar la Unión. Sino que al contrario, el gobierno de Escocia trabaja con rigor para dejar claro que, en caso de secesión, tiene el mismo derecho que el resto del Reino Unido a seguir formando parte de la Unión.
EN TODO CASO, MÁS ALLÁ DE LA RETÓRICA de los tratados, la Unión Europea difícilmente podrá obstaculizar un proceso soberanista dentro de un Estado Miembro si éste es pacífico y cuenta con el apoyo de una mayoría social. ¿Alguien piensa que, si algún día Flandes y Valonia se separan, la UE lo impedirá o no admitirá los nuevos Estados? Observamos, si no, el rol de la UE garantizando el con respecto a la voluntad democráticamente expresada en el referéndum de Montenegro o la tutela de la transición hacia el estatalidad de Kosovo.
EUROPA, PUES, NO ES EL ADVERSARIO. Ante la atracción creciente de algunos sectores del soberanismo por la cultura del no, hay que decir claramente que el anti europeísmo es una actitud contraproducente para el catalanismo porque supone renunciar a la mejor garantía para el respeto a cualquier proceso democrático y pacífico que el pueblo catalán decida sacar adelante.
Albert Royo i Mariné es vicepresidente de Horitzó Europa
Artículo publicado en el Avui, el 23 de octubre de 2008, en la página 25 (en catalán)
Información complementaria
Europa en l’errança, artículo de Hèctor López Bofill publicado en el Avui, el 13 de octubre de 2008, en la página 20 (en catalán)