Una visión personal de la caída del Muro de Berlín
El escritor Francesc Miralles nos dio algunos detalles de las curiosas situaciones que se vivieron en la ciudad de Berlín durante e inmediatamente después de la caída del muro. Situaciones como que el producto más buscado por los ciudadanos del este en los supermercados occidentales eran los plátanos (fruta muy cara de ver en la RDA). Miralles, que justo acababa de presentar su último libro (L’última resposta, novela escrita con Àlex Rovira), destacó que los únicos que echan de menos los tiempos de la RDA, los “nostálgicos”, son algunos miembros de las generaciones más mayores -que añoran la seguridad que les ofrecía el régimen comunista- y algunos jóvenes, más atraídos, sin embargo, por la estética Ost que por el viejo sistema en sí (hecho que explica el resurgimiento de supermercados o incluso hoteles que recrean el ambiente de la Alemania Oriental).
Por su parte, Martí Estruch, delegado de la Generalitat en Alemania, destacó los cambios que ha vivido la ciudad desde 1989, a pesar de recordar que todavía se puede observar la pisada del pasado comunista y, incluso, del nacional-socialista.
La cena coloquio acabó derivando hacia la situación política de los países de la ampliación europea, en especial el euroescepticismo de algunos de sus gobiernos (el Presidente Checo, Václav Klaus, acababa de verse forzado a firmar finalmente el Tratado de Lisboa) y la estabilidad y viabilidad de los estados nacido a raíz del hundimiento de la antigua Yugoslavia.