La reforma de la PAC: ¿Campesinos en Europa o campesinos en el sur?
Ricard Ramon, de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea, participó durante el 2007 en el proceso de negociación entre la Comisión Europea y los gobiernos autonómicos para la aprobación de los programas PAC para el periodo 2007-2013. Como gran conocedor de esta política y de la participación de los entes sub-estatales a la Unión Europea, explicó con mucho detalle y con gran claridad los antecedentes que han llevado a la actual reforma y los objetivos que se pretenden conseguir con esta nueva etapa, más conocida como “revisión médica”. No obstante, insistió que el gran debate empiezará en el 2009 cuando se discutan las perspectivas financieras por el periodo 2014-2020.
La reforma supone un periodo transitorio donde se han aprobado cuestiones como la eliminación de los pocos productos que todavía reciben ayudas vinculadas a la producción. O la decisión, muy debatida entre la Comisión y los Estados, de empezar a recortar las modulaciones o pagos únicos de forma proporcional, afectando más a los grandes que a los pequeños productores. O la del producto seguramente protagonista de la reforma que ha sido la leche con la aprobación de la desaparición de las cuotas lecheras.
Actualmente la UE destina un 33% de su presupuesto (el 1% del PIB europeo) a la PAC prácticamente la única competencia plenamente delegada por los Estados Miembros. Sumando, sin embargo, los gastos en desarrollo rural, el llamado segundo pilar de la PAC, la ayuda destinada a la agricultura europea llega al 40%.
En Cataluña solamente el 25% (arroz, frutos secos …) de la producción final agraria depende de ayudas de la PAC, el 75% restante está totalmente desvinculado (porcino, aves de corral, viticultura…).
Los asistentes activaron un coloquio intenso con un amplio abanico de cuestiones. Se llegó a conclusiones lo bastante precisas, como, por ejemplo, que el futuro de la agricultura en Europa está directamente relacionado con el impacto en la gestión del territorio y con la compatibilización de la actividad agraria sostenible con la biodiversidad. Y hablando de futuro, hubo bastante acuerdo con que la seguridad alimenticia pasa por aplicar biotecnología a la producción agrícola.
Se aclararon confusiones: actualmente Europa es el principal importador mundial de productos agrícolas, por lo tanto, la PAC ya no afecta negativamente a la producción de los países en vías de desarrollo, se ha llegado a una gran convergencia de precios dentro y fuera de Europa. Además, se destacaron iniciativas comunitarias como el programa “Todo excepto las armas”, que abre la puerta de la UE a todos los productos agrícolas provenientes de los 50 estados más pobres del planeta.
En definitiva, campesinos en Europa y en el sur, pero en Europa el sector tiene condicionantes propios porque aquí no supone sólo un sector económico, también es una necesidad social, geográfica y medioambiental. Por lo tanto, la regulación exigirá cada vez más una agricultura multifuncional, sostenible, competitiva, que ayude a conservar el paisaje, que respete los espacios naturales, que contribuya a la vitalidad del mundo rural y que responda a las exigencias de los consumidores con respecto a calidad, seguridad de los alimentos, protección del medio ambiente o bienestar de los animales.