http://www.elpunt.cat

Horitzó Europa se posiciona sobre la continuidad de Cataluña en la UE en caso de una eventual independencia

La manifestación que se produjo el pasado martes 11 de septiembre 2012 en Barcelona con el lema Cataluña, nuevo Estado de Europa ha situado la continuidad o no de Cataluña dentro de la Unión Europea en el centro del debate sobre la independencia. Consciente de que la integración de un hipotético Estado catalán en la Unión Europea constituye un punto crucial del debate sobre la independencia, Horitzó Europa ha estado trabajando esta cuestión desde hace cierto tiempo. Fruto de este trabajo, en febrero de 2010 en el marco de una Jornada sobre la ampliación interna de la UE, se presentó el Informe sobre la viabilidad del proceso de ampliación interna en la UE, elaborado por el Profesor de la Universidad de Stanford Antoni Abad.

Partiendo de estas reflexiones, y en el marco del debate abierto sobre la pertenencia de una Cataluña independiente en la Unión Europea, Horitzó Europa presenta las siguientes consideraciones:

1. Cataluña es un territorio de la UE, del mercado común, de la zona euro y del espacio Schengen, que cumple toda la legislación de la UE. En este contexto, el estatus de una eventual Cataluña independiente en el seno de la UE sería una cuestión que debería negociar políticamente. Todas las partes tendrían interés en encontrar una solución satisfactoria para no poner en riesgo la continuidad del euro.

2. Los Tratados europeos no establecen qué procedimiento seguir en caso de que un territorio de un Estado miembro se escindiese. Tampoco preveían ningún procedimiento en el caso de la anexión de un territorio exterior a la UE a un Estado miembro y se encontró una solución política para la unificación de Alemania en 1991.

3. Una hipotética independencia de Cataluña significaría que el actual Reino de España se dividiría en dos nuevos Estados. No existe ningún referente que avale que el nuevo Estado resultante de este proceso continuaría siendo miembro de la Unión Europea en las mismas condiciones que actualmente, ni tampoco que el nuevo Estado catalán tuviera que comenzar el proceso de adhesión a la UE partiendo de cero. A pesar de mantener su nombre, la nueva España pasaría a tener 37 millones de habitantes y debería renegociar sus condiciones de adhesión a la UE (número de eurodiputados, votos en el Consejo, aportación a los presupuestos comunitarios, etc.). Igualmente, una Cataluña independiente sería heredera de la antigua España, y tendría los mismos derechos y deberes ante la Unión Europea que la nueva España. Así pues, habría que negociar los términos de la adhesión de Cataluña mas no se pondría en duda la continuidad del estado Catalán dentro de la Unión Europea.

4. Aunque los Tratados europeos no prevén la secesión de un Estado miembro, el derecho internacional regula estos casos a la Convención de Viena sobre la sucesión de Estados en materia de Tratados. Este Tratado establece que cuando una parte de un territorio de un Estado se separa para formar un nuevo Estado todos los tratados ratificados por el Estado predecesor continúan en vigor en los nuevos Estados sucesores. A pesar de que España no ha firmado la Convención de Viena, ésta forma parte del derecho internacional y, en caso de independencia de Cataluña, tendría un valor interpretativo para la Unión Europea. Además, entre los 27 Estados miembros de la UE hay 6 (Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Polonia, Chequia y Chipre) que han firmado esta Convención y que, por tanto, estarían obligados a reconocer tanto la nueva España como Cataluña como estados sucesores de los derechos y obligaciones internacionales contraídos por la antigua España, lo que incluye la adhesión de los dos nuevos Estados a la Unión Europea.