Ferran Tarradellas sobre la crisis de Haití: “lo importante no es la foto, sino responder correctamente a las necesidades de la población”

Ferran Tarradellas, portavoz de Cooperación Internacional, Ayuda Humanitaria y Respuesta a Crisis de la Comisión Europea, ha protagonizado la segunda cena debate de Horitzó Europa en Bruselas. En un ambiente distendido, entre una veintena de comensales, Tarradellas ha presentado el cartapacio, de nueva creación, de su comisaria, la búlgara Kristalina Georgieva, ex vicepresidenta del Banco Mundial. En sus propias palabras, la suya es la “comisaria desastres”, encargada de coordinar la ayuda europea tanto en desastres que tienen lugar fuera de la UE como en crisis vividas en su interior.

A modo de introducción, Tarradellas ha recordado que la Unión Europea es el principal donante de ayuda al desarrollo del mundo. Asimismo y a pesar de aceptar el problema de visibilidad que tiene Europa en su política de cooperación, ha defendido el papel de la alta representante para la Política Exterior, Catherine Ashton, que tardó diversas semanas a visitar Haití, en claro contraste con su homóloga norteamericana, Hillary Clinton, que se desplazó inmediatamente. “Lo importante no es la foto, sino responder correctamente a las necesidades de la población”, ha añadido.

El portavoz de la Comisión ha explicado en detalle la respuesta europea ante el terremoto de Haití y la crisis humanitaria que se derivó. De hecho, la crisis de Haití se produjo cuando la Comisión Barroso II todavía no era operativa. Correspondió al predecesor de Georgieva, el belga Karel de Gucht, tomar las riendas de la respuesta europea en las horas inmediatamente posteriores al terremoto. De esta manera, se desbloquearon 3 millones de euros en menos de 72 horas y 30 millones más en menos de cinco días. Dos semanas más tarde, con la nueva Comisión ya en funcionamiento, Kristalina Georgieva visitaba la región y la Comisión destinaba 500 millones de euros adicionales para paliar los efectos del devastador terremoto. En total, la Unión Europea ha prometido 3000 millones de euros, a los cuales hay que sumar 600 millones más dados por la ciudadanía.